Me gusta viajar de noche. Todo se ve del mismo color, el aire huele diferente, la temperatura disminuye, la tierra se empapa, el cielo te deja ver las estrellas, sólo ilumina la luna,... Parece que estés en un mundo diferente.
Luego vuelve a salir el sol y el color empieza a hacerse ver. Ves las diferencias que la noche te ocultaba, ves una bola brillante en el cielo que esconde las más pequeñas que hubo por la noche, los olores se confunden, la tierra se calienta, la temperatura sube y empiezas a sudar.
¿Quién cambia? ¿El paisaje o tú?
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