Carta

Queridas personas:

Sí, me refiero a ustedes que se encuentran sentados en Cortes, Congresos y Parlamentos. A ustedes que duermen, charlan, comen o reflexionan sin escuchar lo que dice el de arriba. A ustedes, en los que la población deja todas sus esperanzas de futuro, incluso de presente. A ustedes que prometen, que saben de lo que hablan cuando abren sus boquitas, que luchan por el país, que cambian las cosas año a año, que transforman leyes antiguas o crean nuevas, y una larga lista que, sin embargo, concluyo con un: a ustedes, que mienten.

Me presentaré. Me llamo Pilar Blanco Pérez-Longares, tengo dieciséis años, curso primero de Bachiller y he nacido y vivo en Zaragoza capital. Así pues, ¿cómo una adolescente se atreve a teclear estas palabras y está dispuesta a dejároslas para que las leáis e intentéis reflexionar de ellas? Lo hago porque escucho muchas veces: vosotros sois el futuro del país. Yo pregunto, ¿qué futuro? Antes de continuar diré que en ningún momento pienso insultar a ningún político, por muchas ganas que tenga de hacerlo. Sólo escribo esto para desahogarme y para que quede por escrito todo lo que pienso.

Repito, ¿qué futuro? Antes de que nuestro presidente mencionara la palabra “crisis” yo ya la había escuchado en casa. Llevaba meses escuchándola. La gente hablaba, empezaba a sufrir sus consecuencias. Os pregunto, ¿qué hubiese pasado si en vez de tardar meses en mencionar esa palabra, meses en comenzar a moverse para evitar un mal mayor, se hubiese hecho algo en esos comienzos tan mínimos? ¿Habría cambiado algo? Nunca lo sabremos. Pero estoy segura de que sí. Por muy mal que esté la enseñanza, al menos en mi ciudad, he estudiado historia. Por lo que he estudiado otras épocas de crisis. Eso me anima, lo reconozco. Nuestros antepasados salieron de esas crisis tan grandes. ¿Por qué nosotros no? Y ahora viene cuando la matan. Porque vosotros estáis más preocupados en:

1.- mi partido es mejor que el tuyo.

2.- este partido no hace nada pero nosotros sí podemos.

3.- este partido tiene la nariz de Pinocho, nosotros sabemos mentir mejor.

4.- lo que pase dentro de nuestro partido es cosa nuestra, el otro partido no tiene derecho a meterse donde no le llaman.

¿Hola? ¿Sois niños o qué? Esas historias tuvieron que quedarse en el parvulario. Bienvenidos al siglo XXI, donde nuestros políticos se preocupan más por ellos que por el supuesto país que tienen que gobernar. ¿Qué tal si en vez de insultaros entre vosotros hacéis algo? El país va a peor, muy señoras y señores míos. No salimos de la crisis ni en años a este paso. No digáis que todo está mejorando cuando en el telediario, justo después de que salgan vuestras palabras, hay noticias que nos demuestran todo lo contrario.

Con la gripe A lo único que conseguisteis fue tapar un poco el problema de la crisis. ¿Qué pandemia ni qué nada? La gripe estacional es más mortífera. La gripe A ha mutado, todas esas vacunas ya no sirven. Todo ese dinero ya no existe.

La ley del aborto. Os pediré algo, pensad en vuestras hijas, en vuestras sobrinas, en vuestras nietas,… en todas las mujeres cercanas a vosotros que sean menores de edad. ¿Estaríais dispuestos a dejar que abortaran con dieciséis años sin el consentimiento de un mayor? Ahora mismo me quedo embarazada y puedo abortar y mis padres ni enterarse. Para empezar no abortaría. Sé, ante todo, que la decisión es de la chica. Es su útero y su hijo. Es su decisión. Pero me parece increíble que una chica pueda abortar sin el consentimiento de los padres y que, mirad por donde, no pueda tatuarse o ponerse un pendiente en otra parte de su cuerpo que no sean las orejas sin ese consentimiento. Sois muy chistosos, vosotros los políticos, ¿no?

Si en algo habéis mejorado con los años es en el tema de ETA. Ahí puedo felicitaros pero en lo demás… pues no.

Como adolescente que soy… uno de los temas que tengo más cerca es el del alcohol y el tabaco. Ya he dicho la edad que tengo, pues bien: he fumado tabaco y bebido alcohol. ¿Dónde está la restricción en menores de 18 años? Me río mucho cuando veo las nuevas leyes anunciadas en televisión, me río muchísimo más cuando veo las fotografías que vais a poner en los paquetes de tabaco. Me río todavía mucho más cuando recuerdo que eso ya lo dijisteis hace tiempo y he comprado paquetes sin esas imágenes, que no sirven de nada si una persona está enganchada al tabaco. Si queréis que la gente deje de fumar, dejad de vender tabaco, prohibidlo. Si no lo hacéis es por dinero. TODO es por dinero. “Poderoso caballero es don dinero”. Así es al parecer. Demasiado triste, demasiado real. Lo mismo digo sobre el alcohol. O sobre miles de supuestas prohibiciones.

Se supone que estamos en un país libre, aunque lo veo más como un cuento que como una realidad, pero es lo que es una democracia, ¿no? Entonces, ¿por qué existen asociaciones como la SGAE? No digo que un autor no luche por sus obras. Quiero ser escritora, no me gustaría que copiaran mis palabras. Pero una cosa es eso y otra es pasarse y cobrar. ¿Veis? Volvemos a lo de antes, el dinero.

Al final todo se reduce a una cosa: vuestras discusiones, vuestras peleas. España no avanzará de ningún modo si os pasáis el tiempo que estáis juntos discutiendo por quién tiene el mando y quién no. Sólo os falta discutir quién cobra más y quién no. Ya sería el colmo, pero no nos sorprendería, creo, a ningún habitante del país. Podríais tomar ejemplo de Alemania. O mejor: de que allí mande una mujer.

Conclusión: el país no se arregla solo y con lo poquito que hacéis… vamos de mal en peor. Y el dinero es vuestra perdición. Seríamos más felices viviendo en el Paleolítico, a este paso.

Pilar. 

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Estimada Pilar:

Permítame acusar recibo de la carta que antes de Semana Santa entregó usted en mano a la Sra. Vicepresidenta Primera del Congreso, Doña Teresa Cunillera, que hizo llegar una copia al Señor Presidente, Don José Bono, que la ha leído con el interés que indudablemente merecen su reflexiones sobre una amplía gama de asuntos de la actualidad política española.

Espero que haya tenido usted una jornada grata y didáctica en su pasada visita al Palacio del Congreso, y aprovecho la ocasión para hacerle llegar un saludo en nombre del Señor Presidente y en el mío propio.

Atentamente,

Angel Vatero Lumbreras.