30.12.09

el titulo es lo de menos



[ Dicen que a cierta edad las personas nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años muy jóvenes, las figuras delgadas y espectaculares...Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo... Es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora, nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de mi existencia. ]

29.12.09

Noria


Es raro el cuerpo humano, o las personas. Unas veces estás en la cima, lleno de júbilo, alegría y con ganas de comerte el mundo. Otras, sientes que el mundo se te cae encima, te sientes vacío y pesado por dentro. A veces todo eso ocurre el mismo día, primero abajo y luego arriba, o al contrario. Como en una noria.
Siempre he temido las norias. No me gusta ver las cosas desde arriba, temo caerme demasiado pronto. Quizás debería temerme a mí misma, parezco más una noria que una persona. Sí, llevo todo el día dando vueltas. Mañana puede que sea mejor que utilice las piernas.

27.12.09

¿Quién cambia?


Me gusta viajar de noche. Todo se ve del mismo color, el aire huele diferente, la temperatura disminuye, la tierra se empapa, el cielo te deja ver las estrellas, sólo ilumina la luna,... Parece que estés en un mundo diferente.


Luego vuelve a salir el sol y el color empieza a hacerse ver. Ves las diferencias que la noche te ocultaba, ves una bola brillante en el cielo que esconde las más pequeñas que hubo por la noche, los olores se confunden, la tierra se calienta, la temperatura sube y empiezas a sudar.

¿Quién cambia? ¿El paisaje o tú?

25.12.09

Mano


A veces todo lo que se necesita lo tienes en tu propio cuerpo. Es posible que no siempre tengas que salir de casa en busca de las velas del pastel de cumpleaños para pedir tal cantidad de deseos como años cumplas, en busca de las uvas de noche vieja y del mismo tanga rojo que te proteja, en busca de las estrellas fugaces de San Lorenzo...
A veces todo lo que se necesita está en una mano. Una mano para escribir, para pintar, para componer, para operar, para arreglar, para luchar, para consolar, para abrazar, para jugar,... Una mano, a fin de cuentas.
A veces con esa única mano no necesitas nada más. A veces tienes en ella hasta a las personas más importantes.
¿Acaso se necesita más?

24.12.09

No siempre hay final

No diré adiós. Diré: "HASTA LA PRÓXIMA, AMIGA MÍA".
··························
Y la próxima llegó. Hice bien en no despedirme.

21.12.09

Puede.


Hay veces en las que me gustaría volver a tener un biberón en la boca y succionar el líquido que sea. Qué vamos a hacerle: me gusta tener cosas en la boca y en las manos. Otras, por el contrario, querría crecer y romper todas esas cadenas que se nos grapan en el interior para... ¿proteger? Puede que sí, lo más seguro. ¿Niña o mujer? Puede que yo misma sea lo único que importe. Puede.

Te temo a ti

No puedo dormir. Es probable que sea porque me he despertado demasiado tarde, o puede que el responsable sea el pánico que me corroe por dentro. Me han dicho que es bueno sentir miedo pero, ¿tan a menudo? Ya no sé vivir sin miedo: no sentirlo es demasiado extraño, sentirlo es ya una costumbre.
¿Puede que tú también tengas algo que ver, amiga mía? Te echo de menos, y sé que debes estar enfurecida conmigo por haberte abandonado tanto tiempo, pero... De las dos eres la más independiente y también la más testaruda. Y aún así... ¡oh! Está bien, he sido una estúpida ignorándote todos estos meses. Pero, ¿acaso no habrías hecho tú lo mismo estando en mi lugar? No, ya sé que no. También eres la más fuerte. Perdóname , ¿si? He intentado hablar contigo pero has vuelto a salir huyendo. Ni siquiera has dejado que te viera, y cuando me has dicho algo ha sido para gritarme enfurecida por mi arrogancia. Me lo merezco, pero tú también tienes parte de culpa. Y es que, a pesar de que eres ya parte de mí, no sé cómo alcanzarte, cómo gritarte que te necesito y que eres más de lo que piensas. Gritaré todas las noches tu nombre si hace falta, lo haré. ¿No te lo crees? Quizás no me conoces tan bien como debes pensar.

20.12.09

En juego.


Tenía miedo de volver a esconderme debajo de las piedras. No quería empezar a temblar cuando escuchara un ruido a mis espaldas. Me sentía desprotegida al desamparo de la llanura, pero… ¿acaso no es mejor eso que la humedad de las rocas y del moho que las rodea? Una llanura de plantas altas quizás me protegiera más que estar detrás de montones de piedras inertes. O quizás no. Pero no pierdo nada por intentarlo. ¿La vida? Siempre está en juego.

Cadenas que se rompen por voluntad propia.


A veces intentamos protegernos a nosotros mismos de los demás. Intentamos pasar inadvertidos cuando estamos rodeados de seres como uno mismo. Intentamos apartar de nuestro lado aquello que nos hace daño; otras, sin embargo, perseguimos ese mismo dolor. Intentamos saborear, quizás, unos pocos momentos que podemos tener para nosotros solos, unos pocos momentos que sentimos que estamos a gusto: hasta que nos miramos al espejo y volvemos a ver esas imperfecciones. Luego, de repente, sentimos que ese candado ha sido... violado, lo han descubierto, lo han abierto, lo han mancillado. ¿Procuraste si quiera cambiar la combinación tras una noche de embriaguez? Puede que no siempre estemos intentando ser invisibles, puede que haya momentos que necesitemos dejar entrar la luz a través de esas cadenas.

Una canción


Sonaba "Too lost in you" de fondo en el local. Estaba sentada en una butaca de la barra, con las piernas cruzadas. El vestido se había subido ligeramente hasta la mitad de un muslo oscurecido por unas medias bronceadas. Los botines oscuros tapaban los tobillos. El vestido no era muy insinuante, dejaba al descubierto uno de los dos hombros, cayendo el otro lado de tela hacia un lado. No había tirantes a la vista; el pelo caía en cascada por la espalda, algo revuelto, sin un color definido. Un dedo se encargaba de dar vueltas a los hielos que había en el vaso.
La canción ha terminado.

19.12.09

Cosa de uno mismo


Salté de la cama y, cuando me disponía a quitarme la ropa que llevaba puesta, recordé todo lo que había sucedido aquel día. ¿Sonreiría al final o por el contrario volvería a esconderme bajo las sábanas sin quitarme los zapatos siquiera?
Un cita sorpresa en un bar de ambiente; una rosa y un clavel, los dos de blanco, esperando en el buzón; cuatro gritos y medio y dos litros de lágrimas al llegar a casa por no comportarme como debiera; una llamada de teléfono de media hora y tres cuartos más antes de que el reloj marque las siete; un pelea, sin ganador, entre espejo y maraña de pelo; votos parlamentarios para elegir el mejor modelito, aquel que me llevaría a un día supuestamente perfecto; dos vasos de ron y un baile lento en la pista; ropa interior de encaje y una laguna momentánea…
Sonreír o no es cosa mía claro, pero, ¿el día lo merece?
Me quito los botines, deshago el nudo del vestido y dejo que caiga, ¿la ropa interior? Ha desaparecido.

18.12.09

Un sitio


Sólo es un sitio más en el que escribir las ideas de mi cabeza. Es el único modo que tenemos de llevarnos bien ella y yo.

Cambios.

Ayer nevó. El cielo estaba gris y el suelo por poco no terminó blanco. ¿Hoy? Hoy el suelo vuelve a tener el mismo color que siempre y el cielo está azul claro y con nubes de distintas tonalidades grises. El cielo y el suelo siguen en su sitio, pero no son los mismos que ayer, puede que tampoco sean los mismos que mañana.
Los cambios están ahí, siempre. Aceptarlos o no es cosa de uno mismo.