- Quizás vayas a odiarme por esto pero vivía en el paraíso. Vivía en un mundo sin monstruos ni fantasmas ni demonios. En un mundo donde sólo me preocupaba por mí misma y ni era dependiente ni paranoica.
Aunque te mentiría si dijera que no me sentía vacía. A fin de cuentas, ¿qué tiene de emocionante un mundo sin apocalipsis? Bendita ignorancia, sí. Pero siento lástima por los ignorantes que un día morirán y no sabrán por qué.
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