16.11.11

A pesar

Aún me pregunto por qué no me dejas irme. Qué hace que me retengas a tu lado. Qué es lo que... tengo o quieres de mí para no decirme adiós.
No me lo pregunto porque quiera irme yo. Maldita sea, soy una persona egoísta, ¿cómo voy a querer despedirme de ti? No. En realidad me lo pregunto... porque... como yo hay más y mejores. Más lindas. Más inteligentes. Más simpáticas y menos bordes. Más cariñosas y muchísimo más detallistas.
Y aún así, a pesar de que me sé tu respuesta (por mucho que me cueste creerla y no quiero decir con esto que no te crea, porque lo hago, sino que me cuesta creer porque... no estoy acostumbrada; esto parece un trabalenguas y si lo has entendido, por favor, explícamelo porque yo ya me he perdido), no me iría de tu lado. Porque ni puedo ni quiero. Porque me haces feliz. Y si hay algo a lo que se agarran los seres humanos con uñas y dientes, hasta quedarse sin uñas y sin dientes (y aún así continuarían agarrándose), es a la felicidad. A la felicidad plena.
Y al amor. A eso también.
Y yo, a pesar de ser como soy (egoísta; poco detallista; idiota muchas veces, tú me lo has dicho alguna que otra vez; no muy bonita y una cría el 90% de las ocasiones; a pesar de que no he sabido qué era el optimismo hasta tu llegada; que he sido, y sigo siendo, una persona desconfiada; que llegó un momento en el que dejé de creer en el amor; y que... soy tan buena que más de una vez he acabado con el corazón hecho trizas en el suelo y pisoteado por más de una persona), a pesar de eso,... soy un ser humano.
Y te amo.

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